EL MUNDO

3 febrero 2011

 

La política entorpece la investigación con células embrionarias

María Valerio

 

Los científicos no son inmunes a los vaivenes políticos, y menos aún en un asunto tan controvertido como la investigación con células madre procedentes de embriones humanos. Una encuesta que se acaba de publicar en EE.UU. revela que la mayoría de investigadores que trabaja en este campo está viendo entorpecidos o retrasados sus trabajos por culpa de los cambios políticos que han ido introduciendo las distintas administraciones en los últimos años.

 

Aunque la administración Obama dio un soplo de esperanza a quienes confían en el potencial de las células madre embrionarias (al revocar el veto de su antecesor, George W. Bush), la situación duró poco debido a la decisión de un juez federal de paralizar la financiación pública de estos trabajos.

 

Pero incluso con esta prohibición levantada sólo unos días después por la Corte de Apelación, Aaron Levine, del Instituto de Tecnología de Georgia (en Atlanta), denuncia en la revista 'Cell Stem Cell' que la situación está lejos de aclararse.

 

En EE.UU. y también en el extranjero

Aaron entrevistó en noviembre de 201 a 370 de sus colegas, tanto implicados con células embrionarias como con otro tipo de células madre (bien adultas o iPS, es decir, con una pluripotencialidad inducida en el laboratorio).

 

De sus conclusiones se desprende que, incluso quienes no están trabajando directamente con material embrionario reconocen que estos cambios están afectando a sus investigaciones (aunque en menor medida, 41% frente al 75% de quienes estudian con células embrionarias). Entre las repercusiones más repetidas por la incertidumbre legal, los encuestados destacan el retraso en los resultados, su interrupción, las limitaciones financieras y la incapacidad para hacer planes a largo plazo.

 

Algunos incluso confesaron en el cuestionario anónimo entregado por Levine que se estaban planteando cambiar de área de trabajo, hacia otros territorios menos problemáticos. Y, como el propio autor destaca, aunque todos ellos eran estadounidenses, es fácil pensar que estas limitaciones también están repercutiendo en otros países del mundo, debido al freno de las colaboraciones.

 

Este tipo de estudios, recalca el autor, necesitan un marco legal estable y homogéneo a largo plazo en lugar de autorizaciones que vayan cambiando de año en año. Sin embargo, es pesimista respecto al futuro y advierte "a los investigadores que trabajan con células madre embrionarias que se preparen para seguir afrontando años de fluctuaciones políticas, retos legales y otros obstáculos".